CARTA A DIRECTORES DE TEATRO
(1795)
ba
D. A. F.
Marqués de Sade
Digitalizado por Dolmancé para
El Divino Marqués
(http://www.sade.iwebland.com)
Ciudadano
director:
Si únicamente la ciudad de París tuviera el derecho de poseer todos los
talentos, de reunirlos y concentrarlos a todos, ¿qué quedaría para estas
grandes y magnificas ciudades de Francia, tan dignas, por su lujo y sus
riquezas, por su gusto delicado y el excelente espíritu de sus habitantes, para
rivalizar a incluso algunas veces sobrepasar a esta orgullosa capital del
universo? Ciertamente, conoce muy poco el mundo el que se imagina que las Musas
no se cultivan más que en París y que los laureles del Parnaso no se recogen
más que en esta Babilonia moderna. ¡Ah! ¿Los que Roma ofrecía a Plauto
perjudicarían a aquellos con que la ciudad de Atenas coronaba cada día la
frente de Aristófanes?
En todo lugar donde existen hombres de ingenio existe la posibilidad de
la fama y ninguna ciudad sobre otra tiene el honor de dispensarla
exclusivamente.
Estas reflexiones, ciudadano director, son las que me han obligado a
proponeros representar en vuestro teatro las doce obras inéditas de las que soy
autor, y de las cuales, algunas honradas con la aprobación de las
administraciones particulares de los principales teatros de París, me han
proporcionado durante largo tiempo entradas a sus espectáculos.
Amigo de las artes desde mi juventud, Thalia solo ya no me basta, varias
novelas mías se leen todos los días y la de «Aline et Valcour», entre otras, de
la cual la segunda edición esta ahora en prensa, os podrá dar alguna idea de
mis posibilidades. Perdón si me atrevo a hablaros de esto, pero el objeto de mi
carta es el de hacerme conocer por vos, yo he creído por un instante poder
producir lo que deba inspiraros un poco de confianza.
He concebido el proyecto, ciudadano director, de ofrecer doce obras, de
las que os adjunto el análisis. He aquí, con arreglo a esto, las condiciones
que desearía si vos aceptáis mi plan.
Es justo, primeramente, que conozcáis lo que os he asignado. Antes de
aceptar la oferta podréis, en consecuencia, nombrar un examinador de París,
capaz de valorar estas obras; el las leerá o se las leeré yo; os dirá su
opinión, y si el informe o-s decide entonces, me tomaría la libertad de haceros
las siguientes proposiciones:
Vos podréis hacerme pasar el 24 vendimiario[1]
próximo, plazo necesario para el examen y establecimiento sólido de nuestros
acuerdos, el único anticipo de 100 escudos, para sentirme ligado a vos. E1
primer brumario[2] yo
estaré a vuestras ordenes, y ese mes, así como los cinco siguientes, estarán
consagrados a las representaciones de mis doce obras, a razón de una cada
quince días. Los primeros días de cada uno de estos seis meses me enviareis
regularmente 500 francos; después otra vez cien escudos el primer floreal[3],
época de mi regreso. A estas condiciones se unirán mis entradas para dos
personas durante los seis meses de mi permanencia en vuestra ciudad.
Esto significa, ciudadano director, que tendréis adquirida la propiedad
plena y total (ya cerca de la impresión) de doce piezas inéditas que hacen 35
actos y esto por el módico precio de 6.600 libras, lo que no asciende, unas con
otras, a mas de 500 francos cada una.
Pongámonos en el peor de los casos, ciudadano director. Supongamos una
situación que me atrevo a creer es impresumible. No importa: admitamos que la
suerte de estas doce obras sea en general desafortunada. Os daréis cuenta
fácilmente que, incluso en esta triste hipótesis, yo no os habría costado aún
nada. Porque esto que se llama la influencia del cartel, anunciando dos veces
por mes una nueva obra en vuestra teatro, os procurara seguramente una
recaudación mas que suficiente para cubrir los 500 francos que vos estaréis comprometido
a pagarme cada mes; y en esta desconsoladora suposición, una de las cláusulas
seria la indemnización de 600 libras, para el descuento de la cual yo
consentiría tanto sobre mis honorarios del ultimo mes como sobre los cien
escudos de mi regreso.
Como veis, ciudadano director, cualquier opinión que tenga de mis obras
no me ciega hasta el punto de no considerar vuestros propios intereses ante
todo.
Si lo que yo os propongo os agrada, ciudadano, mis obras, una vez
aceptadas por vos, después de la opinión del censor que os pluga nombrarme,
ambos nos ligaremos por un escrito hecho en el notario, en el cual serán
enunciados nuestros compromisos recíprocos tal como yo los trazo aquí, con las
modificaciones que vos tengáis que proponer, y a las cuales yo me conformaré si
no se apartan demasiado de mi plan. El examinador, o quien os parezca bien,
será vuestro apoderado; el acta se firmará por una parte y otra, y
conservaremos cada uno una copia.
He aquí ahora el análisis de las obras que os ofrezco:
L'Homme inégal,
comedia de fondo, en cinco actos y versos hexámetros. Esta comedia ofrece tres
bellas características: el hombre extraordinario esta en ella enérgicamente
expresado; los antagonismos son bellos; la versificación cuidada. Fue aceptada
a condición de ser corregida, y las correcciones han sido hechas.
Azélis ou la Coquette punie,
comedia de magia en un acto y verso libre, en la cual hay una tormenta; dialogo
de gran efecto; hay espectáculo en esta pieza y reina de un extremo a otro el
tono de la antigua comedia; sus cuadros son bellos y voluptuosos, con decencia,
y se la verá con gusto, incluso junto a Zeneide y a L'Oracle.
La Prevaricateur ou le
Magistrat du temps passé, comedia de fondo, en cuatro actos y versos
hexámetros. Esta comedia pinta las costumbres y ridiculeces de la antigua
Magistratura; es a los togados del Antiguo Régimen, lo que el Tartufo a los
devotos. Tiene de interés una primera parte pronunciada y de bonitos detalles.
El teatro de Louvois la acogió, pero yo la retiré cuando supe que el director
no pagaba a nadie.
Tancréde ou la Mort de Clorinde, melodrama en un acto y en versos
hexámetros; asunto sacado de Tasso. Esta escena lírica exige un gran
espectáculo y una bella música.
Sophie el Desfrancs, comedia en cinco actos y en versos libres y
de efecto desgarrador, y verdaderamente teatral, con entreactos en la acción.
Esta pieza fue recibida por unanimidad en el teatro francés; ella me ha
proporcionado mis entradas durante cuatro anos, es decir, hasta la disolución
de dicho teatro, época en la que la retire, no habiéndose aun representado.
Cléontine ou les Effets du
desespoir, drama en prosa y en un solo acto, extremadamente trágico.
Henriette et Sinville ou la
Voix de la nature, igualmente aceptada en la Comedia Francesa y retirada
después de la disolución de este teatro. Este drama en prosa y en cinco actos
es el defecto más sombrío y patético; las mujeres se desvanecerán con su simple
lectura y el éxito de esta obra es seguro.
Le Boudoir ou le Mari
crédule, obra ligera en un solo acto y en verso libre. El buen tono,
la fina broma, una coqueta encantadora, una bonita doncella, un esposo
ridículo, agradablemente perfilado; he aquí lo que presenta esta alegre
comedia, aceptada con un voto en contra en el Teatro Francés y unánimemente en
el. Teatro Italiano, pero que yo retiré porque se me quería obligar a
introducir unas arietas, lo que la dejaba completamente desfigurada.
Jeanne Laisné ou les Héroïnes de Beauvais, asunto sacado de la
historia de Luis XI, tragedia en cinco actos y en verso; esta obra, llena de
ese verdadero patriotismo que tiene por objeto amar realmente la gloria y el
bien de su país, esta tratada de tal forma que cualquier éxito será seguro,
incluso dentro de un siglo, cuando el gobierno no sea el mismo. Hay en esta
composición mucha energía, grandeza de alma, un papel soberbio, efecto y
espectáculo, es el triunfo de las mujeres.
Le Faux Ami ou l'Homme immoral, comedia de fondo, en un acto y en
versos disílabos. En ella reina todo el interés del drama, agradablemente
mezclado con toda la severidad de la comedia de fondo.
Le Compte Oxtiern ou les
Dangers du litertinage, asunto
sueco. Este drama, cálido y
patético, el mejor llevado, presenta una catástrofe absolutamente nueva en el
teatro; la tragedia y el terror están aquí en su imperio. Fue representada con
éxito hace cuatro anos en el teatro Molière, dirigido entonces por Boursault.
L'Egarement de l'infortune, drama en tres actos y en prosa,
acogido por el mismo teatro y retirado cuando Boursault, a quien solamente yo
la había destinado, dejó la dirección. Este drama es, por lo menos, tan
terrible como el anterior.
Tres pequeñas piezas, de las que no hablo aquí, quedan en el fondo de mi
cartera para sustituir las que a causa de sus defectos vos eliminéis en los ensayos,
a fin de que el número de doce sea siempre exacto.
No me queda más que indicaros el gusto con que me encargaría de los
ensayos y de todo lo que pueda concurrir al éxito de estas obras, igualmente
deseado por vos y por mí. Decida entonces, ciudadano director; espero vuestra
respuesta en casa de la ciudadana Quesnet, en Saint-Ouen, entre París y
Francide, plaza de la Libertad, 3. Yo os recomiendo de momento el secreto, en
el caso de que mis proposiciones no os complazcan, quedo con estima y
consideración,
Vuestro ciudadano,
D. A. F. SADE
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